jueves, 6 de marzo de 2008

Un tipo poco inspirado


Hoy las musas han pasado de mi, andarán de vacaciones
Serrat
No son, mujeres ausentes
A. Calamaro
Un día decís me las tomo, y no mostraste nada
No te va gustar.

Cuando empecé a fraguar las líneas que empapan este texto, no tenía ni la menor idea de que escribir. Intenté patéticos manotazos a la actualidad, como el retorno de las clases, o las tormentas actuales. Rápidamente recapacite y me declare en estado de emergencia inspiradora. Como suelo hacer en toda ocasión desesperante, trate de involucrar a los demás. Decidí estar falto de musas. Eso debía ser. Malditas musas, no acudieron a la cita. Es todo su culpa, su maldita culpa. Y en el momento de más autocomplacencia, me frené para pensar. Acaso alguna vez había estado inspirado. ¿Qué tipo de musas acuden al rescate de un tipo que habla de tomates, de arbitrariedades de los números, de San Valentín y de los renacuajos de la juventud? Deben ser unas musas devaluadas, o que me quieren poco. La duda, ya casi un enemigo cruel, me asaltó con mayor estridencia. ¿Alguna vez había sentido inspiración en mi vida, para algo? ¿Conocía a una persona de carne y hueso que sí lo haya estado? Y cuando digo esto me refiero a alguien cercano, es obvio que Borges, Piazzolla y Campi (cuando conquisto a Denis Dumas) fueron tipos inspirados.
Ahora me gustaría extender la peste a todos. ¿Alguno a experimentado un tipo de inspiración divina, o ha recibido el aplauso de su entorno por una idea genial? No quiero que se llene de comentarios del tipo “...una vez hice una chilena en un potrero que pegó en el palo...” o peor aun “...un día me saque una foto con el plomero de Mirtha Legrand” No requiere de un espectáculo en la importancia, ni de un cambio profundo. Menos me refiero a una idea estrictamente artística, no hace falta ser un tipo prodigio de la cultura. Yo me refiero a la inspiración, en cualquier situación. A un momento donde uno piensa que puede rendir un poco más de su potencial y revelar una idea en estado puro a favor de la utilidad y la belleza. Sentirse, que alguien lo ayuda y le dicta algo sublime. ¿Existirá alguien con tal dicha?
Lo que tal vez me llame más la atención es la decadencia de este anhelo. Cada vez más se busca lo contrario. Se prefieren las cosas que funcionen, se premia la velocidad y los resultados. ¿Cuántos tipos son necesarios para pensar la idea de un programa con mujeres semidesnudas que bailen, canten, patinen y practiquen sexo oral por un sueño? ¿En qué momento se volvió best seller un libro de un gran psicoanalista, pero solo como escritor, que olvida citar su bibliografía? ¿ Quienes son nuestros referentes de grandeza? ¿Hay alguno vivo? ¿Acaso existirán las musas? ¿O será un gran cuento griego?
Es sabido que es común en la cultura oriental el visto bueno a la movilidad, es digno trabajar y llenar los días de ocupaciones. Pero, con este ritmo tan frenético, ¿existirá un tiempo para pensar? Solamente pensar, ideas geniales, ideas. Sorprender a los demás con algo que los complete como personas.
Querido lector, no lo quiero preocupar pero, mientras usted lee estas leves conclusiones, mientras usted maximiza videologs con goles del búfalo Funes y escenas de zoofilia casera el tiempo de las ideas se va extinguiendo. Cortazar decía, con otras palabras más estéticas y esclarecedoras, que cada libro que escribía era un libro menos. Es decir, se acercaba más al libro perfecto, a la obra genial que contenía todo lo que él quería decir. Cuando uno llegaba a ese punto, moría sin llegar nunca a escribirla. Yo creo que él, por Cortazar, no necesitaron esa unidad en una obra porque su genialidad esta desparramada en cada una de sus obras. Pero todo esto me lleva a pensar, otra vez en voz alta, lo siguiente: ¿qué tanto nos habremos acercado nosotros a esa unidad de perfección al momento de partir?
Casi, como una tortura del destino, este texto se ha vuelto extenso y carente de todo tipo de inspiración. He volcado en líneas de más, mis grandes preocupaciones vitales, que usted ya conocía. He repetido conceptos que solo eran tolerables una sola vez. He intentado preocuparlo, sin éxito. He pecado como escritor del blog. Aun así no me arrepiento de mi comportamiento, son todas estos viles recursos los necesarios para que usted nos ayude a liberarnos. Para que usted recapacite, genio encubierto en mc-uniforme y comparta conmigo esa idea genial. Esa obra inequívoca, hija y esclava del pensamiento que nos haga a todos pensar distinto...

Pero si es mucha molestia, mejor no. Si acaso, se queman las papas fritas y hay que armar las cajitas felices no pierdas el tiempo con este tipo que un día se dio cuenta de su falta de inspiración... y de musas.